Pages

Aquellas fiestas del Comité

Mi hermano y yo en aquella época

Tenía 10 años cuando con mis padres y mi hermano me mudé para Colón. Era un barrio nuevo de biplantas todas iguales y apenas habíamos unos pocos vecinos, pues la mayoría de las casas estaban en construcción.

Quizás porque escoba nueva barre bien, las relaciones entre los pocos vecinos que convivíamos eran extraordinarias. Si había que hacer algo todos ayudaban, se prestaban las herramientas, los niños veían las aventuras donde había televisor y los pocos que tenían refrigerador lo brindaban sinceramente a los demás.

Pero lo que más recuerdo de aquellos años son las tremendas fiestas del Comité que preparaba Dinorah.


Dinorah era mi vecina de los altos. Profesora de psicología de la Formadora de Maestros de Colón era una líder natural, capaz de involucrar a todos en cualquier actividad. Responsable y divertida, fue elegida por unanimidad desde su constitución como la presidenta del primer Comité de Defensa de la Revolución que tuvo el hoy conocido como barrio El Jardín, de Colón.

Los días previos al 27 de septiembre eran una revolución en el barrio entero. No importaba si había llovido y la calle sin pavimentar se llenaba de charcos. Todos los vecinos sacaban sus macetas con plantas de arecas. Sobre todo Castellanos, el viejito florero de la casona vieja de la esquina, que siempre aportaba una veintena de vasijas con flores ornamentales.

Todas se ponían en la línea imaginaria que dividía la calle en dos. Los niños hacíamos cadenetas con el papel que tuviéramos a mano, y pegolín inventado, porque ya escaseaba en aquella época, y luego entre todos las colgábamos de casa a casa hasta que la cuadra parecía en pleno carnaval. Hacíamos carteles, se sacaban banderas cubanas y del 26 de julio y se ponían pencas de cocoteros o de palmas reales en las columnas de los portales.

Emilio era el encargado de la caldosa. Después que las mujeres pelaban las viandas y las especias, el pasaba el día dándole vueltas al cucharón, poniendo a punto el cubanísimo caldo que era una bendición cuando la cerveza empezaba a hacer efecto ya en la noche.

La cerveza se echaba en uno o dos tanques de 55 galones, con sendas piedras de hielo, que la ponían “tan fría que partía”, según decían mis vecinos, porque yo no soñaba con probar una. Y la música se ponía en lo que hubiera a mano. Recuerdo la grabadora que trajo el chino, el esposo de Dinorah de Angola, o la reproductora de cintas que trajo mi tío Juancito de la Unión Soviética, con sus dos bocinas enormes.

Y lo más divertido de todo era que los 8 o diez niños que vivíamos entonces allí éramos los protagonistas de aquella fiesta. Todo comenzaba el día de la guardia pioneril, cuando nos sentíamos importantes, deteniendo a todos los carros que entraban al barrio para preguntarles sus datos y coger el número de la chapa.

Seguía con el ornamento de la calle y las casas, y terminaba con la preparación de la actividad artística, que nos era encargada en su totalidad. Las muchachitas que vivíamos entonces allí preparábamos una tabla gimnástica, cuyos ensayos eran tan divertidos y nos unían tanto que aún hoy cuando nos encontramos las rememoramos.

Hacíamos otras cosas: alguno recitaba, otro cantaba, a veces me tocaba escribir un comunicado, o simplemente hacíamos una coreografía que divertía y hacía sentir orgullosos a nuestros mayores.

Aquellas fiestas de Dinorah eran de todos. No había familia que faltara, y venían todos: ancianos, adultos, jóvenes, adolescentes y niños.  Éramos como una familia grande que esperaba cada 28 de septiembre como el día más divertido del años entero.

Por tres o cuatro años todo se mantuvo así, pero después creció el número de vecinos. Las tres o cuatro manzanas se dividieron en varios CDR y las fiestas se enfriaron un poco. Nosotros crecimos, nos fuimos a estudiar a Matanzas o La Habana y por varios años no hubo niños para ayudar a Dinorah.

Ella después fue delegada de Circunscripción y secretaria del Consejo de la Administración del Poder Popular en Colón. Pero hace unos años vive en Cárdenas. Por muchas razones las fiestas del barrio ya no son iguales.

Ahora yo vivo en Matanzas. En mi cuadra se hacen fiestas, y no son malas, pero jamás tendrán el sentido que tenían aquellas de mi infancia y de mi barrio. Y no es que la añoranza y el recuerdo de la niñez las hagan mejores, es que eran insuperables. Porque aquellas de Dinorah sí eran fiestas del Comité.  

Abrirán cátedra Indio Naborí en la Universidad de Matanzas

El próximo martes 28 de septiembre será inaugurada la cátedra “Indio Naborí” para el estudio y promoción de la décima campesina cubana en la Universidad de Matanzas Camilo Cienfuegos.

La viuda de Jesús Orta Ruiz y su hijo son los invitados especiales a la apertura de la cátedra, que surge como resultado de la relación estrecha que por muchos años mantuvo Naborí con la alta casa de estudios.


Al frente del proyecto se encuentran el profesor Carlos Chacón, quien realiza su doctorado sobre la décima cubana y Orismay Hernández, joven repetentista matancero responsable del movimiento de improvisadores en la Universidad de Matanzas.

Durante la mañana del martes se realizará un coloquio con los investigadores Mayra Hernández y Waldo González, autores de varios de los principales ensayos publicados en los últimos años sobre la espinela en Cuba.

En la tarde se realizará una canturía con los niños Nelson David Milián y Melquiades Hernández, y los destacados repentistas Irán Caballero, Yoslay García, Luis Quintana y Tomasita Quiala.

Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí está unido entrañablemente a la provincia de Matanzas desde que en 1961, tras los sucesos de Girón, escribiera ese poema que todas los niñas cubanas saben de memoria y que relata la historia de una adolescente que sufrió en carne propia el horror del ataque imperialista: Elegía de los zapaticos blancos.

Inicio de curso en la Universidad de Matanzas

Rectorado, universidad matancera

Este será otro curso de transformaciones en la educación superior, dijo el ingeniero Miguel Sarraf, rector de la Universidad de Matanzas, a solo unos días de iniciado el período lectivo 2010-2011.

Con cerca de 2 mil 300 estudiantes en el curso regular diurno, la Universidad matancera abrió sus puertas con una situación favorable en cuanto a la cobertura del personal docente, pero con serios problemas constructivos que atentan contra la calidad de proceso docente educativo.


Se reorganizan las carreras

La Universidad de Matanzas Camilo Cienfuegos inició el año lectivo con estudiantes debutantes en las 12 carreras del curso regular diurno, “a pesar de no haberse cumplido el plan de plazas general que ofertaba la universidad debido al fuerte proceso de ingreso”, explica Sarraf.

“Sin embargo, la carrera de Agronomía, priorizada por el país presenta una situación desfavorable. Con un plan de cien plazas se cubrieron muy pocas. Primero porque es muy difícil cubrir un plan tan ambicioso, y segundo porque el estudiante matancero opta muy poco por esa ingeniería.

“Por su parte, en los aspirantes al Curso para Trabajadores (CPT) y la Educación a Distancia (EDA) los resultados de las pruebas de ingreso fueron muy malos. Estas modalidades están dispersas en los 14 municipios y ofertan 14 carreras. Debido al bajo número de aprobados hubo que reorientar estudiantes hacia otras carreras, ya que no era posible abrir una carrera con uno o dos estudiantes en un territorio. 


“Hay carreras en el CPT que no abren en los Centros Universitarios Municipales (CUM), como es el caso de Derecho, Economía (solo aprobó un estudiante que optaba por economía y lo reubicamos en Contabilidad). No abre Ingeniería Civil, Agronomía ni Veterinaria, lo cual es preocupante y debemos hacer algo para que esto no suceda en este curso”.

Se mantienen por ahora los 14 CUM, pero a partir de enero, serán trece pues Varadero deja de ser municipio y Cárdenas asume ese trabajo. Sin embargo sí se  regionalizan carreras por una cuestión de eficiencia académica y económica.

Otro cambio que se introduce es que el CPT funciona los sábados, con el propósito de interferir lo menos posible con la jornada laboral de los estudiantes trabajadores.  

La situación constructiva, el talón de Aquiles

Contar con un claustro de elevada calidad que avanza en su categoría docente y en su grado científico, con alrededor de 120 doctores, es uno de los orgullos de la UMCC.

Cuentan al iniciar el presente curso además con una buena cobertura de textos, las aulas suficientes y los laboratorios necesarios para cada carrera, mejorado gracias al incremento de equipos modernos.

La universidad matancera mantiene un buen nivel de informatización, aunque en estos momentos tienen problemas con la reparación de algunas computadoras por falta de piezas, pero no es algo que cree una crisis en el uso de las PC por los estudiantes.

“Sin embargo, el tema constructivo sigue siendo una de la debilidades de nuestra universidad, y lo más crítico son las edificaciones de la Residencia Estudiantil. Comenzamos con un déficit de 300 becados, o sea, varones que tenían derecho a la beca y no se les pudo otorgar”, explica Miguel Sarraf.

“Por su estado de deterioro tuvimos que cerrar dos edificios completos de los cinco que tenemos. El curso pasado lo iniciamos con el edificio A cerrado y al llegar julio tuvimos que cerrar el D.

“En estos momentos quedan alrededor de cien estudiantes de los municipios de Cárdenas, Limonar y Varadero, a quienes no se les ha resuelto el problema, aunque sí tienen derecho a todos los servicios a los que acceden los becados.

“Para solucionar este problema se trabaja en una torre del edificio A, que es el más recuperable, pero esto puede demorar un mes o dos, porque faltan recursos materiales. Las principales dificultades están en la red hidrosanitaria y eléctrica. Alguna parte de la reparación la hacemos nosotros y otra contratamos a una empresa del MICONS”.

“Otro tema que golpea es el transporte, los estudiantes se quejan de la posibilidad de acceso a la Universidad”
, continúa Zarraf. “Y el transporte de los trabajadores está también en una situación muy compleja. Son carros que cumplieron hace muchos años su vida útil y continúan trabajando gracias al esfuerzo de los mecánicos y chóferes.  Sin el transporte es difícil garantizar la disciplina laboral y estudiantil.

 Hay otros problemas de iluminación, telefonía, y en general la mayoría de los edificios presentan filtraciones. Se estuvo impermeabilizando, y se llegó a una parte, pero hay trabajos de esos que ya empiezan a tener filtraciones. Este tipo de construcción propicia las filtraciones. Algunos investigadores nuestros están trabajando en algún producto para resolverlo, pero no hay nada".


Trabajo político ideológico y ortografía: direcciones esenciales


Ingeniero Miguel Sarraf
Otra de las prioridades de la educación superior continúa siendo el reforzamiento del trabajo político ideológico en los estudiantes. “La Universidad cubana responde a los intereses de la revolución, de ahí esa frase de que la Universidad para los revolucionarios.”

“A la universidad entran revolucionarios y nosotros tenemos el encargo de hacerlos más revolucionarios”, aseveró el rector de la Universidad de Matanzas.

“No es solo hacer un comentario sobre la prensa un día, o pedirles a los estudiantes que vean la Mesa Redonda. Hoy nos interesa el debate abierto con los alumnos, saber qué piensan, cuáles son sus inquietudes, y usar más los argumentos de la obra de la Revolución que son desconocidos para ellos.

“Por otra parte, seguimos enfrascados en el mejoramiento de los temas vinculados a la lengua materna: ortografía, redacción e interpretación”.


Así anda la Universidad de Matanzas en su curso 39, a solo unos días de iniciado un período lectivo que como el anterior debe marcar pautas en la historia de la Educación Superior en Cuba.

Search This Blog

Followers